Durante siglos, el Parque Nacional Marítimo-Terrestre de las Islas Atlánticas de Galicia, no solo ha mantenido vivos sus preciosos paisajes y la biodiversidad, sino que fue hogar de muchas familias. En los últimos años nos hemos estado despidiendo en las Islas Cíes de sus habitantes, con mucha tristeza y cariño, pero, ¿cómo fue la vida de estos habitantes? En este post recorreremos los momentos más emblemáticos de Carmen R.G., una de las últimas isleñas, que ha vivido desde 1964 en las Islas Cíes.

 

Los habitantes de las Islas Cíes

Las Cíes tuvieron una pequeña pero estable población durante varias generaciones, ¿conoces el origen de las Islas Cíes? Los habitantes se dedicaban a la pesca y agricultura en su mayoría, pero se enfrentaban a un gran aislamiento. Con la modernización y el progreso, muchos abandonaron la isla, pero dejaron historias de superación y esfuerzo que siempre quedarán en la memoria.

A continuación, hablaremos de Carmen R.G., que vivió durante casi 25 años en la isla, donde ha tenido experiencias inolvidables. Según relataba ella misma, la vida en los años 70 no fue fácil, los servicios básicos eran limitados y el contacto con el exterior dependía del escaso transporte marítimo.

 

Carmen R.G.: amor y trabajo

En 1964, Carmen se casó con un vigilante del Instituto de Conservación de la Naturaleza (Icona), y se mudó a las Islas Cíes para convertirse en una de las habitantes más emblemáticas. Durante su estancia, en los veranos se encargaba del Bar Begoña, un punto de encuentro para trabajadores del faro, personal de Icona, marineros y veraneantes.

Ante los temporales de esa época, vivió días duros en invierno. Fue en 1978 cuando un náufrago del carguero Marbel llamó a su puerta, pidiendo ayuda y revelándole la tragedia que se había cobrado la vida de 27 personas. Carmen pudo ayudar al superviviente y pedir auxilio, marcando un momento importante en su vida y en la historia de las islas.

 

Un legado inolvidable

Posteriormente, a finales del siglo XX se trasladó a Vigo, pero volvía siempre que podía a visitar su hogar. Su bar ha seguido vivo gracias a sus hijas, que lo mantienen en la actualidad lleno de alegría y recuerdos, presentando homenaje a sus padres. Si quieres visitarlo y estar cerca de un lugar tan emblemático, reserva tu billete para no perderte la experiencia.

Por desgracia, en diciembre de este pasado 2024 su fallecimiento dejó un vacío irremplazable. Pero Carmen siempre afirmaba que las Cíes tienen magia, ya que por muchos problemas o dolencias que tuviera, con sus visitas siempre se sentía mejor. Su historia nos demuestra cómo, hasta en los rincones más remotos, el amor y el trabajo duro pueden dejar un legado que perdurará para siempre en el tiempo.

Con ello, te recomendamos que no dejes pasar la oportunidad de descubrir las Islas Cíes. Sus habitantes han dejado recuerdos inolvidables que podrás ver en tu próxima visita, consulta el horario que mejor te venga. ¡Nos vemos pronto!